
Porque si hay algo que el señor vicepresidente deberá saber, tarde o temprano, que no fue al comando peronista ni a un grupo de funcionarios a los que les resto su apoyo. La verdad es que este señor nos ha dejado solos a nosotros a los trabajadores y sectores empobrecidos o humildes del quehacer nacional, que a partir de ahora deberemos pagar un litro de leche como si compráramos una vaca entera. Y ni hablar del lomo que el Minga entrerriano celebra se pague ochenta pesos, sino del simple bife que más que un corte popular se va a transformar en un corte de palacio. Ni hablar de los peligros que ya parecieran inevitables de la sojización que insoslayablemente harán de este país un país insustentable en el aspecto ecológico económico y hasta diríamos político, si todos entendiéramos que la estabilidad de los poderosos y sus intereses económicos, el festejo de la sociedad rural, y sus socios es como la paz de los cementerios. Y en los cementerios, ya se sabe, ni se come, ni se cura, ni se educa.
Por todo lo expuesto hasta el momento, nuestra organización la Asamblea por la Democracia invita a construir un espacio plural en el que confluya el potencial de nuestra ciudadanía y nos ayude a desandar un camino válido que integre las voces del campo popular y finalmente de la batalla que estamos esperando. Por supuesto que ante las actuales circunstancias y luego de esta derrota nos quedará analizar sus causas y advertir las consecuencias previniendo que la tarea será ardua y el sendero que recorramos lleno de obstáculos y traidores.
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