Quiénes somos; qué pensamos

Un grupo de compañeros no docentes pensamos que pasados ya 10 años de la creación de la Universidad Nacional de Villa María es hora de que nuestra representación sea canalizada de manera seria, responsable y eficiente.Creemos que nos esperan arduas tareas y nos lanzamos a afrontarlas plenos de determinación, de fe en la capacidad y decisión de los compañeros, de confianza en el seguro éxito de nuestro trabajo. Esperamos que a partir de nuestra gestión ya no haya sacrificios vanos, esfuerzos desperdiciados, esperanzas frustradas. Sabemos por qué y cómo peleamos, contamos con las herramientas básicas que necesitamos, sólo nos resta afilarlas, mejorarlas incesantemente y ser cada día más hábiles en su empleo.Pensamos que un gremio no es ni nunca más debe ser una entidad en la cual algunos logran beneficios personales contra el malestar de muchos. Nos genera repulsión la consabida historia de los dirigentes ricos y las bases trabajadoras luchando por sobrevivir. Estamos convencidos de que es posible una representación genuina de nuestros intereses como sector y de los intereses de la comunidad universitaria en cuanto participamos del gobierno de ésta y a ello nos abocaremos con la mayor predisposición y empeño. Nuestras acciones se encontrarán orientadas a la defensa de las tres cuestiones que consideramos básicas y fundamentales: los derechos de los trabajadores; la igualdad de oportunidades; y por un país justo y solidario.

viernes, 18 de julio de 2008

Como Cleto: con el corazón y el cerebro divididos

Por Mendieta, el renegau

Sigo con las ideas sueltas. Ahora voy a mezclar sensaciones, emociones e ideas. Algunas desde el rol de militante, otras desde el rol de analista comprometido con un proyecto (Aclaro: sí, estoy comprometido con el proyecto del gobierno mucho más que ayer. Soy de Racing. ¿Estamos mal? Más cantamos)

1/Siento una gran bronca conmigo mismo. Y un cacho grande de vergüenza también. Por lo que no hice, no pude hacer o no quise. Por no jugarme antes. Y, sobre todo, porque de vez en cuando me pongo “progresista”, esto es, la miro de afuera. Me pongo crítico públicamente, es decir, acá. (No tengan dudas que sería igual o más crítico aún si tuviera un ámbito de militancia orgánica, pero no lo tengo y catalizo en el blog). Y entonces mi ranking de calentura está encabezado por mí mismo, sigo con los senadores y diputados “oficialistas” que no acompañaron y sigue por los “progresistas” siempre tan bien intencionados, puros, morales, impolutos, preciosistas. Los Lozanos, los del ARI de Tierra del Fuego, ponele. ¿Son malos? NO. Esto no se trata de bondad o maldad, de un fundamento último moral. Se trata de lucha por el poder y de definir para qué queremos ese poder. Es como cuando critican a Kirchner porque no le “creen” sus posturas con respecto a los DDHH. ¿Y a mí qué carajo me importa si lo hace por convicción o conveniencia? Lo hizo. Chau. Muchos radicales tenían convicciones más profundas con respecto a este tema que más de un PJ, pero se la comieron calladita cuando se la tuvieron que comer. (El caso de Buzzi es diferente: es, hasta tanto no decida lo contrario, un dirigente gremial y, por ende, defensor de los intereses de sus dirigidos. No tiene por qué pensar en el bien de las mayorías, sino de las mayorías de sus dirigidos).

Estoy caliente con esos que, en aras de la búsqueda de lo perfecto, se bancan sin mayores tensiones internas haber terminado junto a la SRA, Llambías, Macri, Carrió, Lopez Murphy, Menem, Bullrich. Y con estos no tengo nada de bronca. Uno tiene bronca, y decepción, de aquellos de los que espera algo bueno: los Raimundis, los Macaluses, los De Gennaros. (Ya que estamos: no tengo ni la más mínima duda que si Germán Abdala hubiera estado vivo, ayer estaba bancando en la Plaza del Congreso. El mismo grado de certeza en que si no hubiera fallecido nunca hubiéramos hecho una alianza UCR-Frepaso. Los buenos se mueren antes, la concha de la lora).

También me da bronca, y vergüenza, que, mientras Cobos votaba de acuerdo con su corazón, con sus convicciones más profundas y quedara como un paladín demócrata ante la opinión pública (esa tiranía de la post-modernidad, ese clientelismo inconcientemente comprado por las clases medias), Pichetto se incinerara de odio desde su banca ante esa misma opinión pública. Me brota algo así como esto: “Cobos sufrió en vivo su humanidad y eso genera una humana corriente de simpatía. Pichetto quemaba las naves –sus naves- delante del país”. Cobos es un buen(?) tipo. Pichetto , ayer fanático menemista, hoy fanático K, un hombre de Estado. Me da bronca tener que reconocer-me esto, también.

Listo, me saqué la leche y la amargura. Ahora es momento de corazón caliente y cerebros fríos.

2/ Mantengo lo dicho esta mañana. Espero que a Cobos no lo quieran sacar a rebencazos los dirigentes, aunque muchos de la bases sí. Y no por reconocer en Cobos todas las pelotudeces elogiosas que ahora inundan las radios y la TV. Por otra cosa: porque en este momento es lo que más nos conviene para ganar un poco de aire, levantarse de la lona, apoyarse contra las cuerdas y recuperar aire. O sea: no lo digo por moral, sino por interés.

3/ Hoy hablé, personalmente, por teléfono o por los blogs, con un montón de compañeros. Llamé y me llamaron. Tengo la sensación que, los que estamos afuera de los ámbitos decisorios -en la coyuntura- tenemos una inmensa necesidad de amucharnos, de estar juntos, de apoyarnos, de contenernos, de darnos fuerzas y compartir pesares. Somos compañeros. Eso, no otra cosa, es ser compañeros. Desde aquí mi grano de arena con todos los que se sientan así.

4/ Así como nosotros tenemos que amucharnos, el Gobierno y el oficialismo deben abrirse. Si algo queda claro es el fracaso de la mesa chica, del encierro cupular, de Puerto Madero. Ojalá lo entiendan. Por su bien, claro, pero sobre todo por el del país.

5/ Acá la bomba analítica. Casi que me da miedo escribirlo, pero bue.

No descarto que Cristina patee el tablero. Si fuera a asumir una postura “racional” no hubieran tardado tantas horas en aparecer y decir lo que casi todos (en la opinión pública, claro) están esperando que diga: “aceptamos lo de Julio, por eso somos plurales, etc. etc.”. Están tardando demasiado. Y eso me preocupa y me inquieta. Algo están tramando y temo que sea jugarse el todo por el todo: renunciar, generar un conflicto institucional de proporciones muchísimo más elevado que el actual y obligar, producto de la crisis, a llamar a una nueva elección. Y que sea lo que el voto popular, y no las encuestas y los medios, decidan. Eso también sería democrático, ¿no?

Ya sé, es una locura. Pero si algo me queda claro es que los argentinos somos bien locos.

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